Cuando era joven (9-10 años) me gustaba salir a explorar junto a mi hermano, primos o algún amigo del vecindario. Armados con palos, piedras y resorteras, salíamos a la aventura, normalmente nuestras exploraciones era ir al monte, si, éramos muy pequeños, pero era otro tiempo, en ese entonces la gente podía irse a dormir con la puerta abierta, sin el temor de la actualidad de que algún ladrón entrara a tu casa y te robara. Los padres no tenían tanta preocupación de que alguien nos fuera a robar o asaltar, mas no por eso nos permitían “explorar” nuestro destino sin supervisión de algún adulto.
Cuando llegábamos al sendero, seguíamos siempre al costado de un canal de irrigación, donde a veces nos encontrábamos otros niños casi de nuestra misma edad, que estaban jugando, pescando y a veces hasta peleando.
Antes de llegar a nuestro destino, pasábamos siempre por un cementerio muy humilde y descuidado, ya en ese
tiempo contaba con una apariencia antigua. Siempre quise ir a visitarlo, pero a su vez también siempre tuve miedo de ir solo, miedo a ver algo, miedo a que me fueran a robar, o a encontrarme con alguna de las sombras que siempre he visto, pero que esta vez sí interactuaran conmigo. No lo sé, era muy joven, y tenía muchos más miedos que ahora de adulto, el asunto es que nunca me animé a ir.
He de admitir que había olvidado esa etapa de mi niñez por las múltiples preocupaciones de la vida adulta, pero en este último viaje que hice a mi tierra estuve buscando cementerios cercanos a la casa de mis papás y fue cuando los encontré, el cementerio antiguo llamado “Palmares”, supongo que su nombre lo recibe por el fraccionamiento donde se encuentra. Este era mi momento, era el momento de visitar aquel cementerio, ahora ya adulto supuse que no tendría los mismos miedos que de niño, así que tomé mi mochila con el equipo fotográfico y emprendí el camino.
Todo era diferente, ya el canal que seguía cuando niño no existía, así que tuve que guiarme por el gps, ahora todo era diferente, todo estaba lleno de vida, lo que antes era puro monte ahora estaba lleno de gente, autos y pavimento.
Caminé cerca de una hora para llegar a mi destino, el cementerio estaba también rodeado de vida, ya que a ambos lados están “construidas” unas canchas de futbol, que a esa hora del día ambas estaban ocupadas.
Al entrar me recibió esa postal, y esa antigua sensación que tenía cuando era un niño, esa sensación de ser observado, de que en cualquier momento alguien, o algo te saldrá de la nada y te dará un buen susto, no le di importancia, y procedí a hacer mi ritual (preparar mi equipo de fotos y buscar buenos encuadres).
En efecto, el cementerio estaba muy abandonado,

con maleza y basura por todos lados, he de mencionar que a diferencia de algunos cementerios que he visitado en otros pueblos no encontré casi nada de brujería a la vista.
Pero al solo dar unos pasos en el cementerio aquel, encontré lo que parecen ser manchas de sangre sobre una tumba, procedí a documentar la imagen y avancé.

Entonces un olor llamo mi atención, un olor muy característico, intenso, un olor a muerte, con miedo de encontrarme algún cadáver pero con mucha curiosidad, me dediqué a buscar la fuente de ese hedor, y a los cuantos pasos la encontré, el cuerpo de una gallina decapitada que intuyo fue utilizada para algún ritual de palo mayombe.
El cuerpo del animal a pesar de presentar evidente estado de descomposición, no se veía como que algún otro animal la intentase devorar, documenté esta imagen y continué, pensé no creo que haya otra imagen más perturbadora que esta… Estaba equivocado amigos, la imagen más aterradora me la encontré a 2 o 3 metros de la gallina muerta, era la imagen de una muñeca que hacía que se me erizara la piel, una muñeca tan aterradora que me dio pesadillas esa noche, ella estaba colocada junto a la tumba de una niña, no sé si lo que me dio más escalofríos era la muñeca en si, o si era el hecho de que parecía que me veía a través de la cámara, pero era una sensación de miedo, ganas de salir de ahí, como si la muñeca no quisiera ser fotografiada o algo por el estilo…

Antes de terminar mi recorrido, encontré otras dos tumbas que parecían estar salpicadas por sangre, y aquí surgió la duda, esa sangre ¿sería de la gallina que había encontrado o sería de otro animal?



Hasta aquí mi recorrido por el Cementerio de Palmares, muchas gracias por tu tiempo y muchas gracias por tu visita. Espero que esta entrega te haya gustado al igual que a mí y recuerda que me puedes encontrar en Instagram, Facebook y Youtube como BlackVodooStudio.
P.d. Visiten a sus muertos, solo así podremos evitar el vandalismo en las tumbas