💧💥☁La Comisión Nacional del Agua no ha enviado a ningún equipo de expertos a analizar el problema desde que estallara el pasado 18 de mayo, cuando a la Laguna del Chairel se quedó con el 1 por ciento de captación.
Tampoco la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal ha puesto un pie en Tampico, Ciudad Madero y Altamira, donde la gente ha agotado los inventarios de agua purificada en su desesperación por tener líquido.
De igual modo, la Secretaría de Marina Armada de México, que en octubre del año pasado entregó agua y despensas en las zonas destrozados de Acapulco por el huracán Otis, tampoco ha hecho acto de presencia en las zonas marginadas de nuestra localidad.
Nadie, en la Ciudad de México, está atendiendo la peor sequía de la historia en el sur de Tamaulipas.
La amenaza que ahora puede sumarse a esta crisis es una epidemia por la insalubridad de nuestras ciudades, incluso brotes de desórdenes y delitos por malestar social.
