Lo que para unos es basura para otros es un tesoro.
Son las antigüedades, mercancías en desuso que dejaron de estar de moda o de servir, pero que muchos consideran una reliquia que debe ser preservada.
Todo ocurrió hace algunos años, cuando Héctor Ávila Casanova se quedó sin empleo y tuvo que vender sus herramientas para tener dinero.
Y de ahí surgió lo que ahora es un paraíso para los amantes de las cosas viejas, antiguas, pero llenas de historia y de belleza.